Encuentras un camino que seguir, al principio tratas de ver el final, ves un punto muy pequeño, piensas que ahí es donde tienes que llegar, mantienes fija la vista no te detienes a mirar el camino que sigues, la meta es el fin. Continuas días y días tratando de alcanzar cuanto antes tu preciado tesoro, y tras largo tiempo de búsqueda, al fin lo encuentras. No sientes nada al llegar, solo un vació por dentro, al fin has llegado, estas ahí. Días más tarde otro llega a tu mismo lugar con una sonrisa de par en par, él si está feliz. Piensas ¿qué extraño? Como puede ser que tardará en llegar mucho más tiempo que yo y este mucho más feliz... Decides preguntarle el por qué de su felicidad, y el con su característica sonrisa te responde:
-¿No te has dado cuenta?
-¿De qué?
-De que yo empecé el camino al mismo tiempo que tú, he ido siempre detrás de tí, te he estado observando a cada paso que dabas, pero mientras tu solo mirabas la meta, yo me iba fijando en el camino, me paraba a ver el mar, cosa que nunca había visto, me alegre al ver la alegría , me entristeció ver la pobreza, pero aun así he vivido las cosas que me han tenido que pasar, he vivido ya haya sido malo o bueno he vivido mi vida y la he disfrutado, y me quedan los recuerdo, los amigos, los amores... Mientras que a ti te queda tu maravilloso camino lleno de, nada.
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